viernes, 2 de septiembre de 2016

La senda de las Humanidades

Aunque uno se haya jubilado ya hace un tiempo,  cuando llega septiembre no puede evitar un sentimiento, por un lado, de complicidad con los compañeros que siguen al pie del cañón; y, por otro, de una cierta añoranza de las aulas: más que de las aulas, de su contenido, los alumnos.
Todo ello se manifiesta en una atención especial a lo que los medios nos ofrecen alrededor del comienzo de curso y cuestiones colaterales.
Y esa atención se dispara cuando aparecen noticias referentes a las humanidades.

Tal es el caso de lo ocurrido hace unas fechas –el día de san Agustín, para mayor coincidencia-: leí en “La Vanguardia” un articulo que hablaba de unos cuantos alumnos universitarios que, teniendo notas de acceso muy brillantes, habían optado por cursar el grado de Filosofía. Algo así, también sucede con cierta frecuencia en buenos alumnos que cursan Filología Clásica.


Parece que ese es el caso –el de Filosofía- de una cuarta parte de los alumnos que se matriculan en ese grado cada año en la Universitat de Barcelona: estudiantes con nota superior a 12 puntos en las PAU. Eso ha dicho el decano de esa Facultad. Y, sobre esos alumnos, comenta: su rol es fundamental en la sociedad. Son personas capacitadas, competentes, que han apostado por el conocimiento crítico y reflexivo de una forma generosa y pura.
Y acaba añadiendo: Nos equivocamos al creer que la universidad debe formar para trabajar. No es así, o, en todo caso, no sólo es eso.


Es interesante  el razonamiento de Paula (12 puntos como nota de acceso a la universidad) y que cursarà este año Humanidades:  Me ha costado tomar la decisión porque cada vez que lo decía en voz alta alguien me desanimaba. La gente que me rodea me pregunta: ‘Y después, ¿qué?’. Pero una vez he admitido que esto es lo que me gusta, ya no dudo. Y añade su interès por profundizar en el arte:  Una obra requiere el contexto filosófico, histórico, literario... quiero conocerlos todos. Me regalo estos cuatro años para disfrutar.

Un profesor emérito de Física de la Universidad de Granada (Eduardo Battaner), ha publicado hace poco un ensayo con este titulo:  Los pecados de dos grandes físicos. Los dos grandes físicos son Newton y Einstein . Sus “pecados”, los va desgranando a lo largo de su obra, pero uno de ellos puede ser el que cita refiriéndose a la falsa oposición ciencia-humanidades: la separación entre ciencias y humanidades es artificial y nociva; tanto Newton como Einstein tenían una gran preparación filosófica; eran pensadores antes que físicos;  se encaramaron a la rama de la física trepando por el tronco de la filosofía.

El tema de la elección de estudios humanísticos da para más. Será cosa de otro día.


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